Si ayer hablábamos de cómo realizar una pedicura en casa, pero tienes tiempo de acudir a tu centro de belleza a recibir un tratamiento de pedicura, aquí te damos algunas de las opciones que puedes encontrar en el mercado.
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Al igual que en cualquier pedicura, lo primero es poner los pies en agua con unas gotas de desinfectante o aceite esencial de árbol del té.
Cuando la piel y las uñas están reblandecidas, la esteticista pasará a recortar y dar forma a las uñas con un alicate y una lima especial para ello.
Para eliminar las durezas y las pieles muertas se utiliza un torno que deja la piel suave y bonita.
Con la piel libre de durezas, recibiremos un masaje relajante con una crema hidratante.
La diferencia llega cuando escoges qué tipo de pedicura quieres realizarte.
Puedes escoger la técnica de la parafina, en la que se sumerge el pie en un tanque de parafina líquida y se envuelve en film osmótico durante unos diez minutos. Así conseguiremos que la piel del pie quede suave al tacto e hidratada al retirar la parafina.
También hay centros en los que se oferta la ictioterapia, técnica por la cual se sumergen los pies del cliente en un tanque de agua con peces garra rufa que son los encargados de eliminar la piel muerta sobrante y las durezas de los pies.
Si decidimos escoger una pedicura spa, además de una pedicura tradicional, también nos aplicarán una envoltura en los pies con fines relajantes o estimulantes de la circulación, dependiendo de nuestras necesidades.
Para acabar, nada mejor que un esmaltado de uñas con nuestro color favorito.
Todas las imágenes obtenidas de Google.
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